miércoles, 4 de noviembre de 2009

Bai Hokou

La jungla. Todo es radicalmente diferente a lo antes visto, verdor omnipresente de mil tonalidades distintas, estramboticos sonidos tropicales, fragancias de todo tipo….Todo es exhuberancia.. El duro y gris asfalto de la ciudad queda lejos.


Ha sido una primera semana de pura aclimatacion a este nuevo entorno selvatico. Al dia siguiente de llegar realice mi primera incursion en la selva y el primer y esperado contacto con los gorilas. Creo que la excitacion de saberme a punto de alcanzar un suenyo la aparque en Madrid, dejando paso a la expectacion contenida de quien sabe que lo ha logrado pero no le han entregado el trofeo. Avanzaba por la selva intentando procesar el nuevo entorno ; vegetacion ubicua, arboles colosales, macacos increpando a nuestro paso…No daba abasto para tanto estimulo y en realidad lo unico que tenia en la cabeza era el encuentro con los gorilas. Dos horas de busqueda despues, los guias dieron con ellos ; Olivier, el asistente de investigacion, me hizo una senya para que elevase mi mirada hacia los arboles. No se por que, tarde unos segundos en procesar la escena ; sombras negras encaramados a un arbol de Ngombo. Gorilas. Si, gorilas totalmente indiferntes a nuestra presencia. La primera sensacion? pues no fue para tanto, algo quiza extrano despues de tanto tiempo esperando este momento. Pero quiza ahi radica el quid del asunto ; me limite a contemplar aquella escena natural de la forma mas… ‘natural’, como si lo hubiese hecho toda la vida.


El grupo ‘Makumba’ esta compuesto el espalda plateada, ‘Makumba’, las tres hembras -Malui, Bombe, Mopambi-, un espalda negra (Kunga) o gorila adolescente, dos ‘juvenals’ (Mai y Essekelende) y los mas pequenyos del grupo ; Mossoko (4 anyos), Bokata, Mobangui (3 y medio) y el mas pequenyo, Tembo (uno y medio). Tecnicamente hablando se llaman gorilas de planicie occidental (tambien estan los del planicie oriental y de montanya). Habitan una porcion de selva situada al sureste del campamento, que abarca un radio de unos 7 km2.


La llamada ‘Cuenca del Congo’ esta salpicada por las llamadas ‘Bais’ (o salinas), que son claros atravesados por cursos de agua poco caudalosos, ricos en minerales y que, por tanto, constituyen un punto de encuentro de numerosas especies animales que intentan explotar sus recursos al maximo: elefantes, bufalos, sitatutangas, Horn Bills, Duikers, los mismos gorilas y un sinfin de especies mas. En las inmediaciones del campamento hay varias. Por lo que respecta a la selva propiamente dicha se pueden disinguir varios tipos de habitats:


-'Ebuka’ son areas de profusa, intrincada y casi inaccesible vegetacion. Lugar preferente de los gorilas:





-‘Malapa’, son areas abiertas salteadas de arboles del mismo nombre, que adquieren un aspecto casi otonal muy parecido al de cualquier bosque cualquier bosque occidental:




El segundo dia ocurrio un episodio que se presenta como un anticipo de lo que me espera este ano en las selvas de Dzanga Shanga. Volviamos de pasar la segunda jornada con los gorilas. Nos dirigiamos hacia Bai Debwe por una zona de densa vegetacion, cuando escuchamos un crujir de ramas a unos 20 metros de nosotros. Detuvimos el paso y quedamos en silencio. Los BaAka se adelantaron un poco y otearon en la espesura. Poco despues indicaron el lugar y la causa de aquel ruido ; un elefante. Por mucho que intente afinar el ojo entre la vegetacion no alcance a ver sino lianas y ramas por todos lados. Pasados unos minutos, Ngbanda, que asi se llamaba el guia que iba en cabeza, insto a reiniciar el camino dando un pequeno rodeo. Apenas habiamos comenzado a hacer esto, se escucho un tremendo barritar cerca, muy cerca de nosotros y un tremendo sonido de ramajes arrasados. El elefante cargo contra nosotros, dividiendo en dos al grupo. Lo siguiente que recuerdo es una carrera frenetica entre la espesura, mi determinacion de colarme por cualquier resquicio de selva como fuese, como una alimanya, con tal de que no me pillase el enfurecido animal. Recuerdo tambien a Angelique y Piccolo corriendo delante de mi como flechas. Ni quise perder tiempo en mirar para atras, sabia que el elefante estaba muy cerca de nosotros, de mi en concreto, que era el ultimo. Pasados unos segundos de carrera vertiginosa caimos en que el elefante no nos habia seguido. Nos detuvimos. No sabiamos donde estaban Emmos y Ngbanda. Se escucho barritar al elefante de nuevo. No podiamos saber si estaba cargando contra ellos. Se escucho gritar a Ngbanda unos 20 metros, un nuevo barritar, mas cerca, ramajes, una nueva carrera. Paramos metros despues, intentando detectar la posicion del elefante y de nuestros dos companeros. Avanzamos en semicirculo hacia el lugar donde podrian encontrarse, en estado de maxima tension. Mi corazon latia como un martillo. Entonces aparecio Nbanda descendiendo desde el lugar de la carga, con aparente tranquilidad. Esto me persuadio de que el peligro habia pasado. Luego aparecio Emmos con la cara llena de aranazos. Nos conto que en su huida habia tropezado con una rama y el elefante se habia plantado a apenas un metro de ella, reculando milagrosamente. Literalmente habia salvado la vida. El camino de vuelta no se lo recomiendo a nadie. El incidente obligo a dar un gran rodeo a fin de evitar al iracundo elefante y esto nos hizo perder bastante tiempo. A esa hora, cerca de las seis, los elefantes solian descender hacia la salina. En mi mirada inexperta tenia la sensacion de que el tiempo jugaba dramaticamente en nuestra contra (como quiza asi fuese). No tenia tiempo para fijarme en la reaccion de los BaAka, solo para abrir los ojos como platos en todas direcciones. Veia elefante por todos los sitios. Las frescas y colosales bonyigas de elefante que trufaban continuamente el camino no ayudaban a uno a apaciaguarse. Tras un buen rato recorriendo zonas de jungla muy frondosa, llegamos a Bai Hokou ll, una de las salinas. Aminoramos el paso. habia grandes posibilidades de toparse con elefantes. No fue asi y, para mi alivio, la cruzamos sin avistamientos, para adentrarnos de nuevo en la selva. El peligro no desapareceria hasta que llegasemos al campamento. Al llegar a la segunda salina, BAi Hokou l, vimos un elefante ramoneando entre los arboles que habia justo a la entrada de la senda que llevaba al campamento. Nbgbanda cambio de nuevo el itinerario y nos adentramos de nuevo en la selva bordeando la salina por el flanco derecho. Esto nos daba algo de cobertura y camuflaje para llegar al otro lado de la salina sin confrontar directamente al elefante. Sin embargo, nada podia evitar que en algun momento nos hiciesemos visibles de nuevo. Forzosamente tendriamos que pasar cerca de donde se encontraba el elefante y tratar de sortearle sin que percibiese nuestra presencia. Cuando salimos de nuevo al exterior, un silencio total reinaba en la salina. Solo se escuchaba el sonido de nuestras pisadas en el fango y el ocasional lamento de un Horn Bill rebotando como un eco en las tupidas paredes boscosas. La salina, idilica horas antes, se tornaba ahora un lugar siniestro, como si estuviese preparando una desagradable sorpresa para nosotros. No vimos rastro del elefante, que, sin embargo, no debia andar lejos. Para entonces ya iba paranoico perdido, seguia viendo elefantes tras cada umbral de vegetacion, dispuestos a cargar a las primeras de cambio. Franqueamos la salina y nos adentramos de nuevo en la selva. Finalmente llegamos a Bai Hokou l, la contigua a nuestro campamento, donde habia otro elefante. Contemple desde mis prismaticos -ya a salvo de todo peligro- la criatura que tanto sobresalto nos dio momentos antes.


1 comentario:

  1. Hola Juanillo!!
    Soy el Roche!! Ya veo que estas disfrutando, que estas en tu salsa...Me ha gustado verte en alguna foto...a ver si pones alguna mas...
    Ten mucho cuidado por alli..q cuando regreses nos tenemos que tomar unos minis en el pueblo.
    Aupa el español!!
    Recuerdos de mercedes y el pequeño Hugo

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