lunes, 9 de noviembre de 2009

Profundizando en la selva


Voy gradualmente incorporandome a la dinamica de trabajo que rije el campamento. He comenzado a salir yo solo al bosque junto con dos guias. Parece que mi labor se centrara en el ‘Fini group’. Quiza sea demasiado pronto para dirigir yo a dos personas sin tener, en realidad, ni idea de lo que estoy haciendo. Que camino seguir ? Donde estan los gorilas ? Adentrarse en la selva requeriria todo un manual, sino una disciplina academica por si misma. Aparte, a duras penas puedo comunicarme con los BaAka. Por eso, de momento me limito a seguirlos docilmente como un corderito, a medida que avanzamos por las sendas marcadas por las pisotadas de los elefantes, escrutando a ambos lados del camino, en busca de unas pistas extremadamente vaporosas para un neofito como yo.

Angelique se ha marchado a una conferencia sobre primatologia en Alemania. Para mi sorpresa sobrevuela en el ambiente una especie de vacio de poder. En principio Daniela se ha hecho con los galones. Luego estan Gi, Olivier y Kemanda, que parecen gozar a su vez de cierto peso especifico. Sin embargo, la sensacion es la de una cierta anarquia latente. A veces los BaAka acuden a mi para que les de medicinas, y cuando recurro yo a los asistentes de investigacion estos me dicen que no tienen ni idea de medicamentos. No hay que ser un lince para darse cuenta de que mi calidad de ‘Munyu’ me situa en posicion de cierto estatus en el campamento y como tal se me atribuyen ciertas expectativas. De forma que asi me encuentro, repartiendo medicinas y jugando a los doctores, a pesar de ser el ultimo mono en llegar. Algo surrealista no ?

El otro dia realizabamos un control (labor de rastreo en ausencia de pistas) Mobambu, Bokaya y yo, entre los caminos de Mbaso y Etokoloko. No se apreciaba rastro de los gorilas. De pronto se escucho un alarido torrencial al otro lado de un ebuka, inconfundiblemente de un macho. Realizamos el ‘claquement’. El gorila rugio de nuevo, despues se hizo el silencio. Varios segundos despues, Mobambu avanzo de nuevo. Ipso facto se escucho otro alarido de advertencia. El gorila seguia ahi, observandonos desde algun sitio. Transcurrido un minuto el gorila desaparecio. Segun los BaAka se trataba del macho del ‘Fini group’, que se habia distanciado del grupo. Cada contacto con los gorilas es un nuevo chutazo de adrenalina.

Ese mismo dia nos topamos con unos cerdos de planicie (potamochere) que husmeaban la superficie buscando raices y tallos tiernos. No detectaron nuestra presencia hasta que no estuvieron a unos 10 metros. El individuo mas adelantado emitio un grunyido de alerta. Tras unos segundos de espera, Mobambu continuo. El especimen porcino, de proporciones nada desdenyables, dio a su vez unos pasos al frente, esta venciendose hacia un costado, olfateandonos, escrutandonos. Al percibir que no reculabamos, dio un par de pasitos mas hacia el lado y entonces puso pies en polvorosa. En la selva impera la ley del miedo (muchas veces no mas que un pulso).

En la selva los BaAka se las saben todas. Muchas veces se detienen en seco y guardan silencio. Acto seguido senalan hacia algun lugar entre la espesura e indican la presencia de algun animal. Uno aprieta los ojos como si estuviese miope y si tiene suerte, alcanza a ver alguna sombra deslizandose entre la vegetacion. El otro dia, por ejemplo, Mobambu me insto a mirar hacia un punto entre la vegetacion. -‘Cephaloph’ me dice en el poco ingles que sabe. Atisbo con esfuerzo la figura de un pequeno Duiker, que se aleja casi de puntillas, como pasando desapercibido. -‘Carne de leopardo’- pienso, casi compadecido.

Donde esta el leopardo ? No he observado ninguno, pero he visto su rastro y sus huellas.



El olfato de los BaAka esta tambien altamente desarrollado .Detectan olores del todo refractarios a mi pituitaria. Mobambu, por ejemplo, se detiene, apoyandose sobre un tronco, acera los ojos y levanta ligeramente un pie, husmeando en el aire como un autentico sabueso. Ebobo ?- le pregunto, consciente de mi probable desatino. ‘No’ niega con la cabeza ‘Doli’ (elefante)-. Tras unos segundos se escucha un elefante moviendose tras la vegetacion. Nunca tendre las habilidades de un BaAka y aun asi, siento que la selva de alguna forma tambien me pertenece (o mas bien seria al contrario).

Como ya he dicho, caminar por la selva requeriria de todo un manual. Es una experiencia compleja. La regla fundamental, que solo el puro instinto dicta, es avanzar con sigilo, posando el pie con tacto, con mimo, como si se avanzase por una superficie mullida. Otra de las cosas que hay que aprender rapido aqui (por la cuenta que a uno le trae) es a no quejarse ; no quejarse de los zarpazos de las ramas, de las cucarachas de mi habitacion, de las odiosas, repugnantes e inmisericordes ‘sweat bees’, de disputar por la comida con las hormigas, del humedo calor tropical, del sudor..... En la selva no se esta agusto. Hay que andar con mil ojos.

En cuanto a asuntos domesticos se refiere, la humedad se ha convertido en un handicap importante a la hora de lavar la ropa; esta apenas se seca a la sombra, por lo que uno depende de un sol mas reticente de lo que cabria esperarse. Esta misma humedad provoca que todo enmohezca rapido, por lo que hay que tener cuidado con las pertenencias mas preciadas. Me han dado un baul con saquitos de soda caustica, donde guardo mochila, ropa, movil, camara, etc…Por otra parte, me he marcado una disciplina gimnastica cotidiana que mantenga alta la moral de la tropa.


El hecho de tratarse de un lugar tan aislado supone que, casi por fuerza, sienta ya una cierta morrina incipiente. Como ya he dicho, caminar por la selva es una experiencia compleja y cuando bajo la guardia a veces me asaltan recuerdos improcedentes. Me viene a la memoria una bonita sentencia de Javier Trueba, que parafraseo en estas sordidas lineas.

‘(…..) La amistad esta sobrevalorada, asi como las pollas grandes o el futbol. Las personas se encuentran en un momento determinado de su vida y luego se alejan unas de otras para no volver a verse nunca mas. Aun asi, no puedo imaginar aquellos hermosos veranos en el pueblo sin Jairo, Ruben, Tiago, Armando….

...mis amigos’.

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