El otro dia encontramos un grupo de 3 gorilas (un macho y dos hembras) al oeste del campamento. No se trata, sin embargo, del Fini Group, compuesto por 10 individuos. Las pistas nos llevaron a una zona malapa. En un momento dado Bokaya hizo un gesto a Likemo para que mirase hacia las estribaciones del malapa. Guardamos silencio. Efectivamente, mas alla de la vegetacion, a unos 30 metros, se escuchaba un vago crujir de ramas, que bien podria pertenecer a un elefante, o a varios.Un grupo de Horn Bills rompia el silencio reinante, graznando desesperadamente enlas copas de los arboles. El guirigay arboreo impedia calcular la situacion de los elefantes, lo cual nos ponia en una situacion dificil. Si los elefantes decidieran cargar, estariamos a merced de ellos. Desee con vehemencia cargarme a perdigonazos a los pajarracos, dinamitando mis principios de naturalista. Al final los elefantes se desviaron y pudimos seguir nuestro camino. Mas adelante, Likemo escucho el alarido de gorila a unos 500 metros en direccion sur. Nos dirigimos hacia alli. 20 minutos despues avistabamos, entre una abundante cortina de vegetacion, la abultada silueta negra de unos gorilas encaramados a un inmenso arbol, denominado Motunga. Tras diez minutos sin avistarnos, una hembra miro en nuestra direccion, bajo la cabeza y segundos despues daba la voz de alarma, descendiendo con estrepito entre alaridos. El macho, ya en el suelo, nos dedico un par de grunidos desde la distancia, mientras las hembras huian. Finalmente desaparecio. La sensacion de contemplar gorilas salvajes en la selva virgen es indescriptible.
Muchos dias las lluvias echa por tierra todo nuestro trabajo. Las copas de los arboles contienen durante unos minutos el aguacero, pero la lluvia a veces es tan violenta, que al final el agua filtra hacia la superficie y no hay lugar en el que guarecerse. Aun asi, estamos todavia en temporada seca. La estacion de lluvias esta todavia por llegar, entre Septiembre y Octubre.
Otro punto importante en el ‘manual del buen hombre selvatico’ se refiere a la hora de sortear troncos, ramas o raices entrecruzadas o enhebradas fijamente en el suelo. La pricipal premisa es pisar una unica vez, solo una, mientras el otro pie ya esta avanzando para superar el obstaculo. La segunda premisa, consecuencia no necesaria (y, como diria Dali, divina) de la primera, es que uno ha de hacerlo con soltura. Si el obstaculo se encuentra a la altura del pecho, uno ha de contorsionarse como si pasase por los barrotes de un calabozo. Y si esta a la altura de las piernas, levantar las rodillas en plan ballet. Mientras tanto, mil ojos.
El otro dia se celebraba la fiesta de la mujer, en Bayanga. Gran parte del personal que trabaja para el proyecto estaba invitada, desde los empleados en Bayanga hasta los guias y asistentes de investigacion de Bai Hokou. Daniela y yo tambien acudimos en calidad de Munyu, dejando el campamento por un par de dias, por tomarse un respiro de la selva, que puede ser bastante absorvente.
Nos alojamos en casa de Philippe, un aleman que trabaja para la GTZ, uno de los socios del proyecto. Ya en la fiesta, el equipo de sonido se estropeo y lo reemplazaron por un destartalado cassette que sonaba a ultratumba. En la fiesta de la mujer curiosamente apenas habia mujeres. Las pocas que habia servian comida al resto de invitados, que cruzaban miradas de desconfianza en todas las direcciones del circulo de asientos dispuesto para la ocasion. Philippe, que se habia ausentado por unos momentos, aparecio diciendo que al otro lado habia una fiesta mucho mas caldeada. Nos despedimos a la francesa y nos dirijimos alli en busca de mas cana para el cuerpo. La otra fiesta tenia lugar en un barracon de tres naves, una principal y dos laterales con gradas en las que los Bilo bailaban enfebrecidos. El tugurio estaba iluminado por fluorescentes de luz mortecina que conferian al antro una proyeccion como observada a traves de unas gafas 3D. El vino de raffia corria por las venas. La atmosfera estaba cargada por el aroma a marihuana. Un radiocassette, tambien distorsionado, ponia la musica en la fiesta, musica frenetica, africana, al son de la cual bailaba una muchedumbre sudorosa y apasionada. Daniela, Philippe y yo eramos los unicos blancos. De vez en cuando alguien se acercaba a saludarnos o a hablar con nosotros (normalmente a pedirnos algo). No se como, me vi hablando con unos tipos de aspecto no muy amigable, cuya portavoz devenia cada vez mas y mas hostil. ‘Nous sommes en command ici ‘ (aqui mandamos nosotros), decia el tipo con el indice apuntando al suelo e inflando el pecho como un palomo. ?Que tienes ? cerveza ? Por que no nos das tu cerveza ? vienes aqui y no tienes nada para darnos ? No se bien como pero escurri el bulto y me zafe de la situacion. La hostilidad se palpa en el ambiente.
Dicen que esta region de Africa es la mas oscura del planeta. Antes de recogernos, Philippe, Daniela y yo, fuimos a contemplar la Via Lactea desde la terraza del Doli Lodge. Me acorde de la novela de Conrad, ‘El Corazon de las Tinieblas’, basada en la Cuenca del Congo y pense que este lugar seria firme candidato en el que se desarrollse su accion. Nunca vi la Via Lactea de forma tan diafana, ni sus brazos espirales tan luminosos, ni probablemente tantas estrellas iluminando aquel abismo de terciopelo negro. Un espectaculo vertiginoso en una region olvidada del planeta.
Muchos dias las lluvias echa por tierra todo nuestro trabajo. Las copas de los arboles contienen durante unos minutos el aguacero, pero la lluvia a veces es tan violenta, que al final el agua filtra hacia la superficie y no hay lugar en el que guarecerse. Aun asi, estamos todavia en temporada seca. La estacion de lluvias esta todavia por llegar, entre Septiembre y Octubre.
Otro punto importante en el ‘manual del buen hombre selvatico’ se refiere a la hora de sortear troncos, ramas o raices entrecruzadas o enhebradas fijamente en el suelo. La pricipal premisa es pisar una unica vez, solo una, mientras el otro pie ya esta avanzando para superar el obstaculo. La segunda premisa, consecuencia no necesaria (y, como diria Dali, divina) de la primera, es que uno ha de hacerlo con soltura. Si el obstaculo se encuentra a la altura del pecho, uno ha de contorsionarse como si pasase por los barrotes de un calabozo. Y si esta a la altura de las piernas, levantar las rodillas en plan ballet. Mientras tanto, mil ojos.
El otro dia se celebraba la fiesta de la mujer, en Bayanga. Gran parte del personal que trabaja para el proyecto estaba invitada, desde los empleados en Bayanga hasta los guias y asistentes de investigacion de Bai Hokou. Daniela y yo tambien acudimos en calidad de Munyu, dejando el campamento por un par de dias, por tomarse un respiro de la selva, que puede ser bastante absorvente.
Nos alojamos en casa de Philippe, un aleman que trabaja para la GTZ, uno de los socios del proyecto. Ya en la fiesta, el equipo de sonido se estropeo y lo reemplazaron por un destartalado cassette que sonaba a ultratumba. En la fiesta de la mujer curiosamente apenas habia mujeres. Las pocas que habia servian comida al resto de invitados, que cruzaban miradas de desconfianza en todas las direcciones del circulo de asientos dispuesto para la ocasion. Philippe, que se habia ausentado por unos momentos, aparecio diciendo que al otro lado habia una fiesta mucho mas caldeada. Nos despedimos a la francesa y nos dirijimos alli en busca de mas cana para el cuerpo. La otra fiesta tenia lugar en un barracon de tres naves, una principal y dos laterales con gradas en las que los Bilo bailaban enfebrecidos. El tugurio estaba iluminado por fluorescentes de luz mortecina que conferian al antro una proyeccion como observada a traves de unas gafas 3D. El vino de raffia corria por las venas. La atmosfera estaba cargada por el aroma a marihuana. Un radiocassette, tambien distorsionado, ponia la musica en la fiesta, musica frenetica, africana, al son de la cual bailaba una muchedumbre sudorosa y apasionada. Daniela, Philippe y yo eramos los unicos blancos. De vez en cuando alguien se acercaba a saludarnos o a hablar con nosotros (normalmente a pedirnos algo). No se como, me vi hablando con unos tipos de aspecto no muy amigable, cuya portavoz devenia cada vez mas y mas hostil. ‘Nous sommes en command ici ‘ (aqui mandamos nosotros), decia el tipo con el indice apuntando al suelo e inflando el pecho como un palomo. ?Que tienes ? cerveza ? Por que no nos das tu cerveza ? vienes aqui y no tienes nada para darnos ? No se bien como pero escurri el bulto y me zafe de la situacion. La hostilidad se palpa en el ambiente.
Dicen que esta region de Africa es la mas oscura del planeta. Antes de recogernos, Philippe, Daniela y yo, fuimos a contemplar la Via Lactea desde la terraza del Doli Lodge. Me acorde de la novela de Conrad, ‘El Corazon de las Tinieblas’, basada en la Cuenca del Congo y pense que este lugar seria firme candidato en el que se desarrollse su accion. Nunca vi la Via Lactea de forma tan diafana, ni sus brazos espirales tan luminosos, ni probablemente tantas estrellas iluminando aquel abismo de terciopelo negro. Un espectaculo vertiginoso en una region olvidada del planeta.
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