Como ya habre dicho anteriormente, la vida en el campamento no da lugar a la monotonia. Siempre llega algun tipo de visita. La ultima, dos tipos bastante peculiares que han venido a tomar imagenes de los gorilas y otros animales con una imponente Arriflex 3 (otro bello animal). Son la avanzadilla de un equipo de rodaje que llega la proxima semana al campamento, despues de rodar en Bayanga. Se trata de una pelicula basada un tal Louis Arnaut, un antropologo americano que llego a estas tierras hace 20 anyos para estudiar las distintas musicas tribales y decidio quedarse a vivir aqui. Ahora vive en Yandoumbe, unos de los pueblos donde vive la mitad de los trackers (la otra mitad vive en Mossapoula). Los tipos en cuestion son Alphonse y Bred, indio y americano respectivamente. Forman una pareja peculiar, algo asi como Asterix y Obelix pero en plan contemporaneo y global. Alphonse es un tipo bajito, vivaracho, de ojos saltones y pinta de espabilado ; Bred es un giganton de Malibu con pinta de conductor de trailers, melenudo, de herculea musculatura, pero que al poco que se le escuche uno piensa que podria con un raton, como los elefantes. Alphonse ha trabajado para el National geographic, grabado tigres en Siberia, elefantes en India, colaborado con David Attemborough...en fin, no esta nada mal. Bred Ha hecho cine, television, documentales… Rodo en Tailandia ‘Piratas del Caribe’. Han traido con ellos un sofisticado material de grabacion, tripodes, baterias, hasta un equipo de camuflaje…y la joya de la corona, la Arri 3, (segun Alphonse ordenada disenyar por Hitler para los juegos de Nuremberg ? y adoptada posteriormente por Hollywood). Este voluminoso equipo se ha visto pronto rebasado por las exigencias de la Madre Selva. Un dia les acompane para que rodaran el grupo de Mangabeys semi-habituados que habita al sureste del campamento. Llevaban consigo cuatro porteadores BaAka . Esto hacia, junto con ellos dos, los dos ‘trackers y yo mismo, cuarenta y la madre. Ejerci de improvisado coordinador de rodaje. Era un espectaculo entre enternecedor y patetico observar su esfuerzos para plantar el tripode en el enclave adecuado, montar el camaron con el maximo sigilo posible (para no ahuyentar a los Mangabeys) y constatar, una vez listo, que estos se deslizaban progresivamente del angulo de la camara, dispersandose entre la vegetacion en en busca de alimentos. Repetimos la operacion no pocas veces, como el burro tras la zanahoria. Al final Alphonse, con buen criterio, se dio cuenta de la imposibilidad de la tarea y decidio regresar al campamento. Les adverti de que con Makumba seria tanto de lo mismo. No han tenido tantos problemas, sin embargo, para rodar a los elefantes. Alphonse ha construido un cobertizo camuflado, con ayuda de los BaAka, en uno de los costados de la salina. Al principio queria levantarlo delante del hoyo excabado por los elefantes, pero Angelique le persuadio de lo efimero de la tarea (seguramente acabaria destrozado). No deja de producirme sorpresa observar a Alphonse, experimentado realizador de videos de vida salvaje, quejarse continuamente de las picaduras de los insectos o los hinchazones provocados por las orugas.
Dias despues de su estancia vivi un episodio de dificil catalogacion. Caminabamos Medo, Mobambu y yo por la selva, rastreando como siempre pistas de gorila. Realizabamos un control mas alla de la ‘secondaire Moseke’, uno de los caminos al norte del campamento. Reparamos en una ardilla que se movia de una rama a otra presa de la agitacion. Emitia con periodicidad una especie de bufidos de alarma. Pense que nosotros seriamos la causa. Mobambu tardo poco en darse cuenta de esta era mas bien otra. Senyalo un punto concreto entre la alfombra de hojas caducas que sembraba la superficie, a unos dos metros de mi : ‘Gbo’, indico (serpiente). Tuve que hacer un esfuerzo por discernir entre el follaje la vaga forma escamada y tubular de la anatomia de una serpiente. Solo pude detectar una parte del cuerpo, el resto parecia difuminarse entre el pardo forro de hojas caidas. No sabia a que altura le quedaba la cabeza, ni si esta estaba al descubierto o escondida entre las hojas. Me dio la impresion de que era muy grande. Palpe con cuidado la porcion de cuerpo que tenia a la vista, desde la distancia, con mi baston de madera. Me volvi hacia Mopambu : ‘kete gbo ?. (pequenya ?). le pregunte. ‘kete apee’ (de pequena nada) me respondio con gesto grave. Me di la vuelta, persuadido por su seriedad y, trate de hacer un esfuerzo por afinar la mirada. Entonces reconoci la impresionante cabezota de una vibora de Gabon.Tenia los ojos abiertos, inmoviles e inyectados en sangre. Volvi a palparla a la altura del cuello, y sobre la cabeza. Parecia victima del ‘rigor mortis’. Pregunte a Mobambu si estaba muerta. – ‘Lo kui apee’, lo ba i (no esta muerta, nos esta mirando) volvio a responderme con gesto mas grave todavia. Me volvi de nuevo hacia la serpiente. Nos observaba con estatica, con ojos vidriosos, sin que pudiese apreciarse el mas minimo movimiento ocular o de su cuerpo. Probablemente el predador merodeaba las inmediaciones del nido de la ardilla, dispuesta a zampar lo que pillase. Durante estos dias Alphonse buscaba intesivamente una vibora de Gabon para una de sus tomas, de forma que a los BaAka les venia como anillo al dedo para ganarse un dinero adicional.
No sabia que hacer, o mas bien que querian ellos hacer. Mobambu parecia pensativo. ‘Kota Ngingza’ (mucho dinero), me dijo. ‘Quieres cogerla ?’ le pregunte. Se encogio de hombros esbozando una timida sonrisa, que lo dijo todo.. Pense que el dinero les vendria bien, tanto a ellos como a sus familias (aunque los hombres se lo beben desde el primer dia). Decidi intentarlo. –‘Has cogido alguna antes ?’ le pregunte. –‘No’, respondio mirandome con la misma sonrisa nerviosa. Le pregunte si era venenosa, cosa que no era dificil intuir, a tenor del tamano. Mobambu me saco de dudas rapididamente: ‘Mo pe ti kui ti lo’ (te puede matar) (la vibora de Gabon, aparentemente, es la mas venenosa del mundo, por la cantidad de veneno que pueden almacenar sus inmensos colmillos).
Nos preparamos. Mobambu se hizo con una liana con la que poder apresar al animal por el cuello. Yo me puse a buscar una solida rama alargada y con extremo bifurcado, para poder inmovilizar al animal por el cuello (como habia visto tantas veces en los documentales de la 2). Pero esto no era un documental ni un relato de aventuras, estaba pasando. Ya con una rama adecuada nos dirijimos hacia la serpiente, que seguia inmovil en el mismo sitio. Esperaba a que Medo me tomase el relevo en algun momento (la operacion pertenecia a los BaAka y no a mi). Pero este no parecia darse por aludido, parecia incluirme definitivamente en la comitiva. Me volvi hacia Mobambu, como si esperara a que dijese ‘venga Medo, coje tu el baston y pongamonos de una vez a ello’. Pero constate que este me miraba con cara de estar diciendo : venga, a que esperas ?. No me quedo mas remedio que aceptar con muda resignacion. Que iba a hacer ? borrarme del partido sin tildarme de pusilanime ?
Bastante acojonado la verdad, me acerque hacia la criatura. Permanecia inmovil con sus ojos glaciales inyectados en sangre, clavados en mi. Mi maxima preocupacion era que saliese del estado de estupefaccion en que parecia encontrase y lanzase una inesperada y fatal dentellada en direccion a mi tobillo, mandandome automaticamente al infierno (lo mas probable). No sabia, ni se, nada sobre este tipo de serpientes, ni cuan rapidas eran. Me coloque por detras de ella a una distancia prudencial -algo asi como un metro y medio- . Entonces, sin pensarmelo dos veces (en este tipo de coyunturas no conviene pensarselo mucho ) inserte el extremo bifurcado del baston entre el cuello, apresandolo firmemente como si fueran dos barrotes. La vibora se retorcio ligeramente, menos energicamente de lo que hubiese esperado. No obstante clavaba con fuerza el baston en el suelo, por si acaso. El sentido comun me decia que aquellos musculos debeian ejercer una fuerza considerable, a tenor de las dimensiones de su cuerpo. Siempre tenia presente el mal trago que podia pasar el animal, por lo que trataba de causarla el menor perjuicio posible. Al fin y al cabo, la vibora seria liberada de nuevo –sin mayor perjuicio para ella- y los BaAka saldrian ganando economicamente. Una vez inmovilizada Mobambu tendio el lazo-liana a traves de su cabeza. Medo aseguro el nudo alrededor de su cuello con otra rama, siempre desde la distancia. Cuando todo parecio estar listo, retire mi baston del cuello y me aparte de un salto lo mas lejos que pude. La estrategia funciono y la vibora quedo apresada por el cuello. La anclamos a un pequenyo arbol cerca del lugar donde la encontramos y proseguimos nuestro camino. Al terminar la jornada volvimos para recogerla. Mobambu queria llevarla a rastras o, en su defecto, colgada de una rama, medio estrangulada. Me negue a esto. Bastante tenia el pobre animal con el importunio que le estabamos ocasionando. Decidi volver al campamento, hacernos con un saco y volver a por la serpiente, transportandola de vuelta en el saco de la forma menos invasiva posible.
Llegado a este punto podria decir que una vez de vuelta, ya con el saco, nos encontramos a la pobre vibora estrangulada a si misma con el delgado tronco al que la habiamos amarrado. Podria decir que las moscas ya le comenzaban a poblar la boca ; que la contemplamos en silencio, con estupefaccion unos, con consternacion otros; que los musculos de su cuerpo inerte todavia ejercian las ultimas contorsiones ; que el camino de vuelta al campamento fue un autentico via crucis mental, no se para los otros, si para mi; que me asaltaban los reproches y la mas amarga sensacion de absurdo; que me preguntaba una y otra vez de quien era la culpa ; mia ? de la maldita pelicula ? de la ignorancia de la pobre serpiente, que solo pasaba por alli? de nadie ? de todos ? de todos y de nadie ?; que volvia una y otra vez sobre estos pensamientos, como un circulo vicioso, volviendome majara por momentos, mientras esquivaba las ramas que me azotaban inclementes la cara de camino al campamento, con el espiritu asqueado, tratando de mantener el fuerte ritmo impuesto por Mobo; podria decir que decidi poner fin a la borrasca mental y dejar la mente en blanco –dejandome llamar ‘bellaco’ y muchas otras cosas mas- ; que pase pagina con sangre fria, buscando recuperar la cordura.
Pero no, no fue esto lo que paso. Lo que paso fue que volvimos al campamento con la preciada pieza, como heroes, objeto de la admiracion colectiva.
Fue esto lo que paso, y no otra cosa.
Dias despues de su estancia vivi un episodio de dificil catalogacion. Caminabamos Medo, Mobambu y yo por la selva, rastreando como siempre pistas de gorila. Realizabamos un control mas alla de la ‘secondaire Moseke’, uno de los caminos al norte del campamento. Reparamos en una ardilla que se movia de una rama a otra presa de la agitacion. Emitia con periodicidad una especie de bufidos de alarma. Pense que nosotros seriamos la causa. Mobambu tardo poco en darse cuenta de esta era mas bien otra. Senyalo un punto concreto entre la alfombra de hojas caducas que sembraba la superficie, a unos dos metros de mi : ‘Gbo’, indico (serpiente). Tuve que hacer un esfuerzo por discernir entre el follaje la vaga forma escamada y tubular de la anatomia de una serpiente. Solo pude detectar una parte del cuerpo, el resto parecia difuminarse entre el pardo forro de hojas caidas. No sabia a que altura le quedaba la cabeza, ni si esta estaba al descubierto o escondida entre las hojas. Me dio la impresion de que era muy grande. Palpe con cuidado la porcion de cuerpo que tenia a la vista, desde la distancia, con mi baston de madera. Me volvi hacia Mopambu : ‘kete gbo ?. (pequenya ?). le pregunte. ‘kete apee’ (de pequena nada) me respondio con gesto grave. Me di la vuelta, persuadido por su seriedad y, trate de hacer un esfuerzo por afinar la mirada. Entonces reconoci la impresionante cabezota de una vibora de Gabon.Tenia los ojos abiertos, inmoviles e inyectados en sangre. Volvi a palparla a la altura del cuello, y sobre la cabeza. Parecia victima del ‘rigor mortis’. Pregunte a Mobambu si estaba muerta. – ‘Lo kui apee’, lo ba i (no esta muerta, nos esta mirando) volvio a responderme con gesto mas grave todavia. Me volvi de nuevo hacia la serpiente. Nos observaba con estatica, con ojos vidriosos, sin que pudiese apreciarse el mas minimo movimiento ocular o de su cuerpo. Probablemente el predador merodeaba las inmediaciones del nido de la ardilla, dispuesta a zampar lo que pillase. Durante estos dias Alphonse buscaba intesivamente una vibora de Gabon para una de sus tomas, de forma que a los BaAka les venia como anillo al dedo para ganarse un dinero adicional.
No sabia que hacer, o mas bien que querian ellos hacer. Mobambu parecia pensativo. ‘Kota Ngingza’ (mucho dinero), me dijo. ‘Quieres cogerla ?’ le pregunte. Se encogio de hombros esbozando una timida sonrisa, que lo dijo todo.. Pense que el dinero les vendria bien, tanto a ellos como a sus familias (aunque los hombres se lo beben desde el primer dia). Decidi intentarlo. –‘Has cogido alguna antes ?’ le pregunte. –‘No’, respondio mirandome con la misma sonrisa nerviosa. Le pregunte si era venenosa, cosa que no era dificil intuir, a tenor del tamano. Mobambu me saco de dudas rapididamente: ‘Mo pe ti kui ti lo’ (te puede matar) (la vibora de Gabon, aparentemente, es la mas venenosa del mundo, por la cantidad de veneno que pueden almacenar sus inmensos colmillos).
Nos preparamos. Mobambu se hizo con una liana con la que poder apresar al animal por el cuello. Yo me puse a buscar una solida rama alargada y con extremo bifurcado, para poder inmovilizar al animal por el cuello (como habia visto tantas veces en los documentales de la 2). Pero esto no era un documental ni un relato de aventuras, estaba pasando. Ya con una rama adecuada nos dirijimos hacia la serpiente, que seguia inmovil en el mismo sitio. Esperaba a que Medo me tomase el relevo en algun momento (la operacion pertenecia a los BaAka y no a mi). Pero este no parecia darse por aludido, parecia incluirme definitivamente en la comitiva. Me volvi hacia Mobambu, como si esperara a que dijese ‘venga Medo, coje tu el baston y pongamonos de una vez a ello’. Pero constate que este me miraba con cara de estar diciendo : venga, a que esperas ?. No me quedo mas remedio que aceptar con muda resignacion. Que iba a hacer ? borrarme del partido sin tildarme de pusilanime ?
Bastante acojonado la verdad, me acerque hacia la criatura. Permanecia inmovil con sus ojos glaciales inyectados en sangre, clavados en mi. Mi maxima preocupacion era que saliese del estado de estupefaccion en que parecia encontrase y lanzase una inesperada y fatal dentellada en direccion a mi tobillo, mandandome automaticamente al infierno (lo mas probable). No sabia, ni se, nada sobre este tipo de serpientes, ni cuan rapidas eran. Me coloque por detras de ella a una distancia prudencial -algo asi como un metro y medio- . Entonces, sin pensarmelo dos veces (en este tipo de coyunturas no conviene pensarselo mucho ) inserte el extremo bifurcado del baston entre el cuello, apresandolo firmemente como si fueran dos barrotes. La vibora se retorcio ligeramente, menos energicamente de lo que hubiese esperado. No obstante clavaba con fuerza el baston en el suelo, por si acaso. El sentido comun me decia que aquellos musculos debeian ejercer una fuerza considerable, a tenor de las dimensiones de su cuerpo. Siempre tenia presente el mal trago que podia pasar el animal, por lo que trataba de causarla el menor perjuicio posible. Al fin y al cabo, la vibora seria liberada de nuevo –sin mayor perjuicio para ella- y los BaAka saldrian ganando economicamente. Una vez inmovilizada Mobambu tendio el lazo-liana a traves de su cabeza. Medo aseguro el nudo alrededor de su cuello con otra rama, siempre desde la distancia. Cuando todo parecio estar listo, retire mi baston del cuello y me aparte de un salto lo mas lejos que pude. La estrategia funciono y la vibora quedo apresada por el cuello. La anclamos a un pequenyo arbol cerca del lugar donde la encontramos y proseguimos nuestro camino. Al terminar la jornada volvimos para recogerla. Mobambu queria llevarla a rastras o, en su defecto, colgada de una rama, medio estrangulada. Me negue a esto. Bastante tenia el pobre animal con el importunio que le estabamos ocasionando. Decidi volver al campamento, hacernos con un saco y volver a por la serpiente, transportandola de vuelta en el saco de la forma menos invasiva posible.
Llegado a este punto podria decir que una vez de vuelta, ya con el saco, nos encontramos a la pobre vibora estrangulada a si misma con el delgado tronco al que la habiamos amarrado. Podria decir que las moscas ya le comenzaban a poblar la boca ; que la contemplamos en silencio, con estupefaccion unos, con consternacion otros; que los musculos de su cuerpo inerte todavia ejercian las ultimas contorsiones ; que el camino de vuelta al campamento fue un autentico via crucis mental, no se para los otros, si para mi; que me asaltaban los reproches y la mas amarga sensacion de absurdo; que me preguntaba una y otra vez de quien era la culpa ; mia ? de la maldita pelicula ? de la ignorancia de la pobre serpiente, que solo pasaba por alli? de nadie ? de todos ? de todos y de nadie ?; que volvia una y otra vez sobre estos pensamientos, como un circulo vicioso, volviendome majara por momentos, mientras esquivaba las ramas que me azotaban inclementes la cara de camino al campamento, con el espiritu asqueado, tratando de mantener el fuerte ritmo impuesto por Mobo; podria decir que decidi poner fin a la borrasca mental y dejar la mente en blanco –dejandome llamar ‘bellaco’ y muchas otras cosas mas- ; que pase pagina con sangre fria, buscando recuperar la cordura.
Pero no, no fue esto lo que paso. Lo que paso fue que volvimos al campamento con la preciada pieza, como heroes, objeto de la admiracion colectiva.
Fue esto lo que paso, y no otra cosa.
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